domingo, junio 12, 2005

Diógenes.


Diógenes, el filósofo griego se encontró con Alejandro Magno cuando este se dirigía a la India. Era una mañana de invierno, soplaba el viento y Diógenes descansaba a la orilla del río, sobre la arena, tomando el sol desnudo... Era un hombre hermoso. Alejandro no podría creer la belleza y gracia del hombre que veía. Estaba maravillado y dijo:

“Señor...” - jamás había llamado “señor” a nadie en su vida- “...señor, me ha impresionado inmensamente. Me gustaría hacer algo por usted. ¿Hay algo que pueda hacer?”
Diógenes dijo: “Muévete un poco hacia un lado porque me estás tapando el sol, esto es todo. No necesito nada más.”

Alejandro dijo: “Si tengo una nueva oportunidad de regresar a la tierra, le pediré a Dios que no me convierta en Alejandro de nuevo, sino que me convierta en Diógenes”.

Diógenes rió y dijo: “¿Quién te impide serlo ahora? ¿Adónde vas? Durante meses he visto pasar ejércitos ¿Adónde van, para qué?”.

Dijo Alejandro: “Voy a la India a conquistar el mundo entero”.

“¿Y después qué vas a hacer?”, preguntó Diógenes.

Alejandro dijo: “Después voy a descansar”.

Diógenes se rió de nuevo y dijo: “Estás loco. Yo estoy descansando ahora. No he conquistado el mundo y no veo que necesidad hay de hacerlo. Si al final quieres descansar y relajarte ¿Por qué no lo haces ahora? Y te digo: Si no descansas ahora, nunca lo harás. Morirás. Todo el mundo se muere en medio del camino, en medio del viaje”.

Alejandro se lo agradeció y le dijo que lo recordaría, pero que ahora no podía detenerse.

Alejandro cumplió su destino de conquistador, pero no
le dio tiempo a descansar antes de morir.



Es curioso ver cómo las fábulas legendarias van cambiando y se van asemejando unas a otras. Michi tiene en su blog, No sólo Zen, una historia sobre un balsero que descansaba, y cuando un hombre de negocios le preguntó que por qué no trabajaba dijo que era porque ya no necesitaba más por el momento. La conversación continúa por parte del mercader aconsejándole trabajar más para ganar dinero, comprar redes mejores y así pescar más para ganar más y comprar mejor equipo y... a lo que el pescador le pregunta "¿y para qué?" "pues para poder descansar y vivir tranquilo" respondió el mercader medio enfadado, "eso ya lo estoy haciendo ahora" dijo el pesador con sorna. Pues esta historia tiene la misma estructura que la de Alejandro y Diógenes. De hecho la segunda parte de la de Diógenes nunca la había leído, pero buscando buscando me encontré con sorpresa tamaña similitud.

¿Fue verdad? No creo. El diálogo que se traen Alejandro y Diógenes no creo que sea verdad ni que sea fidedigno, y la respuesta archiconocida de Diógenes " quítate para no taparme el Sol", pues llega un punto en que ya da igual que sea verdad o no. De hecho, en la historia lo que es verdad y no es algo a lo que se llega en parte por consenso. La historia es una reconstrucción a partir de los restos; el historiador se parece más a Sherlock Holmes que a un físico, que se dedica a reconstruir lo ocurrido a partir de las pistas que se dejan. ¿Fue verdad incluso que se encontraron? puede que no, o que sí, pero ya da igual, ahora ya está dentro del imaginario popular y por tanto, a efectos, es verdad.

Saludos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Firmado por Juan Camilo Aljure Amaya

un saludo fraternal y un venturoso porvenir para todos.