domingo, junio 26, 2005

A los doce años ya se sabe si te resignarás o no. Yo no me resigné. ¿Mi caracter era detestable? Lo cambiaría. ¿Me sentía sometido a los demás? Acabaría sometiéndoles a con mi seducción. ¿Estaba decepcionado por mi fealdad? No sería feo ni un día más. Me elegiría atractivo y lo conseguiría desplegando mi ingenio. Todo se resumía en una palabra: crear. He profesado siempre un cartesianismo de la creación. Invento, luego existo. Fuera de mí sólo hay trampas peligrosas. No podía contar con nadie ni con nada. Tuve que ser mi propia causa. Tenía que ser mi propio autor y por eso nunca quise depender de nadie. No quiero que me hagan favores. Me resulta insoportable la idea de que me ayuden. No he pedido ayuda en mi vida.

Sartre


Es el optimismo en persona, la ilusión y las ganas de crear. Sartre se elige y se constituye. Crea su ser más allá de lo que se le ha dado. ¿Es arisco? Lo cambiará. ¿Es aburrido? Lo tornará en diversión. ¿Es miope? Logrará ver mucho más allá que el resto. ¿Es bajito? Se alzará imponente como un genio creador. Quizá sea exagerado, pero Sartre demuestra ser un niño pues siempre está jugando y aprendiendo, siempre está creando.

Saludos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡Ya era hora de que por fin escribieses!!! xq te esatban comiendo el blog... :P

¿Soy pesimista? me volveré como Sartre.