viernes, junio 03, 2005

Cuántico.

Acabo de llegar de hacer un examen de filosofía natural, todo correcto, lo sorprendente es que lo que damos en ella es teoría de la relatividad y física cuántica. Sorprendente, sí, y muy interesante.

Sea como fuere, a lo que voy es a que me ha parecido apasionante y, de hecho, ha sido la única asignatura a la que he asistido en todo el cuatrimestre. Había ocasiones en que el profesor se lanzaba a poner fórmulas en el encerado y me perdía un poco bastante, pero tampoco nos las pide para el examen con lo que no hay problema. Lo que me atrae son todas sus consecuencias, tanto para comprender la realidad como para la manera de estudiar la realidad. Son teorías realmente apasionantes, tan apasionantes como paradójicas. Por ejemplo, la dualidad onda-partícula de la luz, o la paradoja de la compresión espacio-temporal. Tratar de comprender en qué consiste la fuerza, etc. Y aquí quería yo llegar.

Me he dado cuenta estudiando todo ésto como Newton, considerado el padre de la física empírica, arquetipo de hombre científico para todo buen positivista, funcionaba con conceptos metafísicos. Me refiero al concepto de "fuerza". Newton trabaja con las fuerzas, su mecánica, como la de Galileo, es una mecánica que funciona con fuerzas. ¿Pero qué es la fuerza? Voltaire, tratando de llevar la nueva ciencia que surgía a Francia, se inventó el ya famosísimo cuento de la manzana cayendo sobre la cabeza del científico, en este caso Newton. Lo que logró ese científico fueron las fórmulas bajo las que se regían las fuerzas gravitatorias, no explicar en qué consisten esas fuerzas. Para Newton "fuerza" es un concepto metafísico del que no tiene explicación, tan sólo unas reglas de uso.

La mecánica cuántica, al tratar los cuatro tipos de fuerza: gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y débil, sostiene que funcionan intercambiándose partículas. Fotones en el caso electromagnético, bosones en la nuclear débil, gluones en la nuclear fuerte y gravitones en la gravitatoria. De las tres primeras ya tenemos evidencias (largo de explicar), de los gravitones no, no tienen masa y su efecto es muy débil, aunque en cuerpos muy grandes se multiplican (aparte que sólo tienen fuerza de atración, no así las otras tres que aun siendo más fuertes se anulan). No tenemos evidencia pues necesitaríamos un colisionador de partículas tan grande como el sistema solar, dicen, pero da igual.

Lo sorprendente es a donde hemos llegado. Por fin comprendemos, o empezamos a comprender, por qué una manzana se cae. Algo tan nimio y de tan poca importancia esconde un mundo complicadísimo e increíble. El sentido común, es decir, lo que nos parece evidente a la mayoría, cae y se rompe en mil pedazos. Nadie nunca ha logrado articular una teoría, por increíble que parezca, sobre por qué los cuerpos caen. Pienso ahora en Aristóteles y ese "tienden a caer", " es su naturaleza caer, como lo es del fuego ascender". Muy bien, pero eso no explica nada. Tan sólo ahora parece que logramos entenderlo. Por supuesto no lo voy a contar aquí, porque no puedo ni quiero. Remito a los que saben:

Historia del tiempo. Stephen Hawkin
El universo en una cáscara de nuez. Stephen Hawkin
El ABC de la relatividad. Bertrand Russell
Einstein relativamente fácil. Teodoro Gómez
La nueva mente del emperador. Penrose

Saludos.

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