lunes, septiembre 12, 2005

Carnac.


Tras nuestro provechoso paso por la Rochelle llegamos a Carnac. Por su posición privilegiada en el mapa, pensamos que iba a ser un pequeño reducto de belleza y aguas cristalinas. Lo que nos encontramos fue un lugar turisticón al estilo Benidor (sin alcanzar la cutrez de nuestras costas). Muchos campings en poco sitio y con pocas comodidades. Resultó que aquí también estaban de fiestas y, tras dar unas cuantas vueltas por la feria, terminamos en la playa junto a todas las pandillucas de chavales que estaban haciendo botellón, o cantando cosas raras como hacían unos un poco extraños (puede que seminaristas). Al día siguiente volvimos a una playa bastante parecida a la de la Rochelle, pero sin mariquitas.

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