lunes, septiembre 12, 2005

La tienda.


La tienda. Tras mucho pensarlo, mucho buscar opiniones al respecto entre quienes ya se habían hecho un interrail y foros de internet, decidimos llevar una tienda de campaña. Una suerte para nuestros bolsillos y una desgracia para mi espalda. La tienda es vieja hasta donde mi memoria alcanza y cuando llueve cala si desde dentro tocas la "pared", cosa inevitable si contamos que dentro dormíamos Paloma, las mochilas y yo. El lado bueno es que si los alberges rondan los 20 eurazos por cabeza y noche, los campings rondan los 15 euros los dos por noche, y sin contar que en muchos puedes colarte y no pagar nada. Tuvimos muy buen tiempo hasta Amsterdam donde nos llovió y, por supuesto, caló. Entonces tuvimos que comprar un plástico que le poníamos encima a modo de condón y ya tema solucionado. Si a alguien le preocupa el que no se duerma bien en el suelo que no se preocupe, se suele llegar tan cansado que duermes en cualquier sitio. Sólo puedo poner un pero, que es que en los campings de sitios muy turísticos y concurridos, a los jóvenes nos azotan en zonas donde no hay parcelas y donde terminamos todos unos encima de otros como sucede en las fiestas del Sella. En la foto, a falta de que me lo confirme Paloma, estamos en La Rochelle todavía.

Nuestra primera parada de interrail fue en San Sebastián y la seguda, donde hicimos noche en la estación, fue al lado de Irún ya en Francia. Colgaré algun foto de esos momentos pero ahora mismo las tengo un poco revueltas. Trataré de segui un orden cronológico en la medida en que pueda. Por cierto, la noche que pasamos en la estación la pasamos con un paisano que venía desde Santiago de vuelta del Camino, que le había llevado unos dos meses desde cerca de Le Mans. Se había jubilado y se había largado a ver mundo. La mujer, según él, le estaba esperando en casa... si es que aún lo esperaba.

Saludos.

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